Asistir al colegio, estar sentado en clase, hacer tareas y volver a casa no pueden ser acciones aisladas que realizan los estudiantes cada día, deben tener un sentido, una conexión con el mundo actual, con el entorno que nos rodea. Sin embargo, ¿cómo creamos esa conexión?
‘¿Videojuegos sociales o relaciones reales?’ , ‘¿Cuánto dinero se necesita para hacer la compra semanal?’ o ‘La vida del futuro, ¿viviremos en Marte?’… son preguntas atractivas para los alumnos que les invitan a reflexionar para poder darle solución. A través de ellas se crea un proyecto para resolverlas, se crean equipos de trabajo donde los estudiantes son los propios protagonistas del proceso: se encargarán de la organización del proyecto, la distribución de tareas y los instrumentos a usar.
Del mismo modo, pondrán en práctica conocimientos ya adquiridos, competencias clave en el proceso de enseñanza-aprendizaje, usarán el pensamiento crítico para elegir por sí mismos o tomar decisiones e interconectarán diversas materias para dar salida al producto final. Todo ello orquestado por el profesor que sirve de guía durante todo el proceso y que les proporciona las herramientas necesarias para llevarlo a cabo.